Como todos bien sabemos, el mundo no se encuentra en el mejor estado social que podamos ver. La crisis, la necesidad y la desconfianza ha hecho que la forma de pensar de la gente haya cambiado a mal.
Poca gente es capaz de tender su mano a un desconocido que necesita ayuda, prefiere mirar a otro lado y esperar que sea otro el que le ayuda. Esto se justifica en la sociedad porque no está mal visto, es decir; es raro ver como alguien ayuda a otra persona desinteresadamente y eso tiene un significado muy oscuro… es normal no ayudar a los demás.
La verdad es que es muy triste tener una forma de pensar así y se debería de cambiar, ya que muchas veces no nos cuesta nada ayudar a alguien a subir unas escaleras, ayudar a alguien cargado o simplemente tender la mano si hace falta.
En este vídeo que ahora os presentamos se ve el efecto que puede llegar a hacer solo una acción. Si vemos a alguien realizando algo bueno, si vemos a alguien que ayuda al desconocido solemos tomarlo como algo bueno y caemos en cuenta de que podemos hacerlo nosotros también.
Eso puede desencadenar una cadena de favores. Que tu ayudes a alguien porque quieres, y ese alguien ayude a otro porque ha recibido el favor y así sucesivamente. En el vídeo el caso es contrario alguien ayuda porque ha visto a otro ayudar y le ha parecido buena la acción, queriendo repetirla.
El como da igual, pero lo que tenemos que hacer es tomar conciencia de ello y cambiar un poco. No cuesta nada, y todos sabemos esto, que no cuesta absolutamente nada.
Tendamos una mano al mundo, una mano a aquel que lo necesita. Y intentemos cambiar el mundo.