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Como afrontar las Navidades si estás en paro

Las Navidades suelen ser una época para las reuniones familiares y el regocijo de los más pequeños, pero puede darse el caso, de que la familia esté pasando por una mala situación que pueda llegar afectar a todos sus miembros  e interferir en las festividades navideñas como cuando uno de los integrantes principales está en el paro, situación que puede verse agravada cuando todos los miembros que contribuyen a la economía familiar también lo están, algo muy común en los tiempos actuales dominados por la crisis económica que padecen cada día más personas.

La crisis no ofrece tregua ni siquiera en fechas señaladas y esto puede resultar especialmente contraproducente para  las familias y ser causa de conflictos o situaciones de tensión, especialmente en los niños, quienes pueden no alcanzar a comprender la magnitud del problema y sus repercusiones.

Para evitar que estas fiestas puedan convertirse en una experiencia traumática para cualquier miembro de la familia, debemos adoptar una actitud positiva y coherente respecto a la situación, puesto que no resulta más perjudicial estar en paro en Navidades que en el resto del año y no hay nada que una familia en paro no pueda hacer con sus hijos, si acogemos las Navidades como lo que son, una fiesta para disfrutar en familia.

Lo primero es generar un ambiente positivo en el hogar y abstenerse de manifestar preocupaciones o realizar comentarios negativos cuando los niños estén presentes, porque aunque sean pequeños, son totalmente conscientes de lo que pasa  y el estrés o preocupaciones que desprendan los adultos son recogidas por ellos de forma casi subconsciente. Ello no implica que tengamos que inducirle una sensación de falsa realidad, pero debemos hacerle entender la situación de una forma que resulte manejable para ellos y acorde a su edad y entendimiento, sin adornos pero sin exceso de detalles que puedan desestabilizarles emocionalmente.

Realizar actividades en familia como decorar la casa o elaborar recetas en la cocina, puede servir como terapia tanto para pequeños como para adultos, puesto que los niños disfrutarán enormemente con actividades creativas y los padres olvidarán temporalmente sus problemas viendo disfrutar a sus hijos y divirtiéndose con ellos.

Las reuniones familiares pueden resultar más productivas si interactuamos con otros miembros de la familia que también tengan niños, puesto que salir de la rutina del núcleo familiar también resulta positivo para romper la rutina y abrir nuestro círculo de conversación.

Aunque la economía no de para mucho, hay muchas actividades que se pueden hacer sin tener que incrementar el gasto como paseos en familia, visitar espacios naturales, un picnic, acudir a las cabalgatas navideñas y muchas cosas más de las que se puede disfrutar sin gastar.

El tema de los regalos es quizás el más difícil de afrontar, pero no tiene que suponer un problema si buscamos soluciones alternativas a los que la sociedad consumista nos impone, los mejores regalos son los que contienen mayor carga emotiva por parte de quien los entrega y hacen que se recuerden de por vida, aunque las familias más necesitadas siempre pueden acudir a asociaciones de caridad que suelen contemplar planes específicos para estas fechas e incluyen regalos infantiles.

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