La autoestima es un ejercicio que uno debe practicar a diario y no debe dejar de tener en cuenta pues, cuando uno no valoriza sus propias acciones y logros, no puede pretender que los demás lo hagan tampoco.
Cuando uno habla de autoestima, está representando al amor que se tiene a uno mismo, sin ánimos de caer en el egocentrismo o el narcisismo, sino con el fin de reconocer cada paso que uno da en la vida, bueno o malo, pero tomando consciencia de que ellos fueron dados para fortalecer el camino de la vida, recogiendo experiencia y vivencias.
Uno de los caminos para elevar la autoestima es el humor: la risa es contagiosa y nos hace bien. Intenta encontrarle una cuota de alegría y buen humor a cada una de las cosas y aprende a reirá. Otra actitud muy importante es enfocarse solamente en los pensamientos constructivos, ya que son ellos los que nos llevarán a mirar hacia adelante con optimismo.
Quizás lo más importante de todo cambio para elevar la autoestima sea abandonar el perfeccionismo. Este es un defecto que atenta contra todo lo que uno emprende y siempre encontrará la forma de ubicarnos en el escalón más bajo de nuestra escalera al bienestar. Las exigencias propias no dejan ver los verdaderos objetivos.