Nuestra personalidad es el fruto de una serie de acontecimientos que en muchos momentos no sabemos cómo es que sucedieron, ni siquiera somos conscientes de ellos, pero existieron y es por eso que algunas de nuestras actitudes han perdurado durante un tiempo más o menos razonable. La familia, las amistades, los maestros y la forma en la cual percibamos la vida hará que nuestro carácter se forje para bien o para mal de una manera dada.
Formando la personalidad
Nuestra personalidad en primera instancia viene forjada por nuestros padres, ellos que nos dieron la vida son nuestro primer contacto con el mundo, es por eso que muchas veces a lo largo de tu vida escucharás que te pareces más a alguno de ellos, y es porque en un momento muy temprano te inclinaste más por la forma de ser de alguno.
La escuela primaria y secundaria definen y moldean nuestro carácter, ya que sobre todo al entrar en la adolescencia tenemos que definir la forma más estable de lo que será nuestra personalidad dentro de algunos años.
Sin embargo nuestra personalidad no es totalmente estática, sino que al contrario sufre variaciones con el tiempo que pueden hacer que nuestra personalidad cambie en la mayoría de las veces un poco solamente, experiencias grandes o que impliquen un trauma pueden cambiar nuestra forma de ver el mundo completamente.
Podemos pues cambiar nuestra personalidad pero requiere una concentración y un esfuerzo increíble de parte de nosotros, ya que lo más difícil de cambiar es la forma en la que hemos sido los últimos años, así que no debes frustrarte miles de personas se encuentran en el mismo camino que tú, intentando cambiar para mejorar los lazos que tienen con las personas que lo rodean y que los quieren como seguramente es tu caso. No te des por vencido si has decidido que debes cambiar tus actitudes hacia el mundo.
