Cuando nos encontramos enojados la reacción de cada persona es muy variable, algunas personas lloran, otras no dicen nada y algunas más gritan, sin embargo, la sensación de molestia es igual en todos. Si alguna vez lo has notado al no expresar tus sentimientos, el enojo perdura durante mucho más tiempo, aunque, si nos excedemos luego vendrán los remordimientos.
La dificultad
Entonces el problema que tenemos al estar enojados se puede reducir perfectamente en una frase que Aristóteles dijo hace miles de años: “Enojarse es fácil, pero enojarse en la medida adecuada, con la persona correcta y en el momento adecuado es de sabios”.
¿Cómo podemos hacer para no herir a personas ajenas a nuestro enojo? Tenemos que controlar en primer lugar nuestros impulsos, lo cual en un inicio no será nada sencillo, no todas las personas que nos rodean tienen la culpa de lo que nos sucede.
Te recomendamos que en un primer momento te aísles de todo contacto con otros, quédate en silencio unos 10 minutos de ser necesario, notarás como los pensamientos comienzan a aclararse, esas sensaciones encontradas comienzan a diluirse y lo más importante: ya no te enfadas con facilidad.
Otra técnica que puedes usar en una situación en la cual no puedas aislarte, en contar en silencio o dentro de tu cabeza números, no importa que sea de 1 en 1, o bien de 2 en 2, distrae a tu mente, para el momento en que vuelvas a recordar que estabas muy enojado, te darás cuenta que tal exageraste o poco las cosas o simplemente era algo por lo cual no merecías tanto alboroto.
No te sientas mal si no puedes lograr al cien por ciento, inclusive después de mucha práctica, muchas personas no lograrán ser totalmente tolerantes, lo único que demostrará tu progreso es la mejora en tus relaciones personales y tu satisfacción contigo mismo.
