Alguna vez te has preguntado qué piensa una persona de ti después de que has cometido contra ella un acto de descortesía, nuestras palabras pueden ser suaves caricias para un amigo o un familiar o en el otro extremo afiladas navajas que hieren el alma de la gente.
Las palabras son el medio de comunicación que utilizamos con la gente que nos rodea, por eso es importante saber cómo utilizar las palabras de manera adecuada a todos ellos, las palabras además no son lo único que cuenta, también el tono de la voz y la forma de expresarte o moverte.
Aprendiendo a controlar las palabras
En ti esta la opción de hacer que tus palabras sirvan para que alguien más crezca, o bien para hundirlos en una depresión total, hacerlos sentir y quitarles sus suelos y metas en los casos más extremos.
Usar el lenguaje correctamente te ayudará en una manera que no puedes imaginar, ya que una ofensa, un sarcasmo a pesar de que nosotros no lo notemos puede ocasionar un profundo efecto en la gente al grado de crear heridas en su alma.
Imagina algo que algún vez te dijeron, pongamos un ejemplo: Eres feo, tal vez la primera vez no lo notaste pero esta simple frase se quedó implantada en tu cerebro, así que las siguientes veces que lo dijeron no te sorprendió, ahora ve tu vida y piensa cuantas cremas o cuanta ropa has comprando intentando no parecer feo.
Este es solo un pequeño ejemplo del poder que tienen las palabras, ahora bien si todos los días te repites a tu mismo que eres un campeón lo serás, porque al menos tu mente ya lo cree y realizará ajustes para que actúes como tal.
Una palabra de aliento puede ser la diferencia entre un día no muy bueno y convertirlo en un día feliz y lleno de esperanza por un nuevo día que promete muchas más cosas que ayer.