¿Has hecho una evaluación de lo que se encuentra dentro de tus capacidades y de lo que hay más allá de ellas? ¿A menudo visualizas a lo que tan alto puedes llegar?
Si tu respuesta a estas preguntas es sí, lo siento pero tus posibilidades de éxito se verán limitadas.
La mayoría de nosotros no somos necesariamente conscientes de nuestro potencial real e inherente. Tendemos a subestimarnos y en este proceso creemos que somos realistas y prácticos. Nuestras autoevaluaciones son la mayoría de las veces inexactas, nunca intentamos ciertas cosas o nos negamos a seguir una idea novedosa ya sea porque tememos hacer el ridículo o porque hemos dado por sentado que no va a funcionar, o peor aún, a veces no estamos dispuestos a aventurarnos en algo sólo porque no nos gusta.
La historia nos dice que todo el que tenía una nueva idea, desde Sócrates hasta los hermanos Wright, era un loco hasta que la idea tuvo éxito. Superar el miedo al fracaso y al rechazo y tomar una decisión a la hora de hacer algo “inesperado” es algo necesario para aquellos que quieran triunfar, haríamos bien en tomar nota del hecho de que algunas de las mayores hazañas fueron realizadas por personas que no eran lo suficientemente inteligentes como para saber que eran imposible.
Las personas que están hechas para triunfar están dispuestas a hacer aquellas cosas que nosotros dejamos o no nos atrevemos, no es que les guste, pero el disgusto está subordinado a su fuerza de voluntad.
Así que, la próxima vez que digas ‘No me gusta hacer esto’, debes saber que estás reflejando la seriedad que tienes con respecto a conseguir tus objetivos.
