La motivación es uno de los principios más infravalorados del ser humano. Hay que tener en cuenta que la motivación es el motor principal que nos ayudará a realizar cualquier tipo de tarea con ilusión, mientras que en aquellos casos donde no haya motivación esas mismas tareas se convertirán en apáticas y pesadas. Es evidente que hay situaciones que, por norma general, no suelen despertar ilusión en una persona y un ejemplo de ello podría ser el trabajo y es que por desgracia un elevado porcentaje de trabajadores están en un puesto laboral poco motivante, ya sea por tratarse de un empleo aburrido o en el que no tenga posibilidades de ascenso.
¿Significa ello que la persona debe abandonar su puesto laboral?. No, especialmente en la actualidad donde existe una elevada tasa de paro. Sin embargo es importante saber automotivarse y extraer los aspectos positivos de cada situación. Si trabajas en algo que no te motiva siempre tienes el consuelo que ese desempeño te conlleva unos ingresos fijos y mensuales con los que puedes vivir y disfrutar de tus aficiones, siendo este un motivo de peso para encarar con alegría e ilusión tu trabajo.
Queda claro de esta manera la importancia de la motivación en cualquier aspecto de la vida y cuanto mayor sea el grado de motivación en una persona mayor será la implicación, fuerza e ilusión en el trabajo a realizar, por lo que estamos ante un valor a trabajar constantemente.