El cambio es en definitiva una de las formas más difíciles de adaptación que puede tener un ser humano. Y es que el cambio verdadero deriva fundamentalmente de dos situaciones: una experiencia traumática o bien un deseo ardiente de un cambio verdadero que debe de superar muchos cambios y problemas en su camino al cambio.
¿Qué debo hacer para cambiar?
Primero debemos saber que es específicamente lo que queremos cambiar de nosotros mismos, de otra manera simplemente estaremos divagando y no haremos nada, debemos tener un plan de acción.
Para esto te recomendamos que anotes en una lista a lo largo de una semana cosas que quieres cambiar de ti, puedes cambiar actitudes, gestos, inclusive forma de vestir. Lo importante es que coloques en la lista cosas realistas que sepas que puedas cambiar, ya que no puedes colocar por ejemplo: quiero que mi nariz deje de ser de esta forma. Elige pequeños cambios que lentamente puedan llevarte a mejorar tu calidad de vida con los demás y lo más importante contigo mismo.
Después de realizar esto deberás preguntarte a ti mismo como lo harás por ejemplo si quieres adelgazar dejarás de comer dulces, si quieres cambiar tu carácter podrás si eres muy enojón pensar las cosas fríamente antes de explotar sin motivo lógico.
Puedes comprobar tus cambios preguntándole a alguien de tu absoluta confianza (un amigo muy cercano o un familiar) si ha notado cambios en ti desde el tiempo en el cual decidiste cambiar. Si la respuesta es no, ¡no te desanimes! Más bien pon más empeño en lograr tu meta.
Por otro lado ten en cuenta que los resultados son lentos, no cambiarás totalmente tu forma de ser de un día a otro, llevará tiempo y esfuerzo, pero se puede lograr. Por otro lado no intentes cambiar las actitudes con las cuales tú te sientas cómodo, recuerda que el cambio lo haces por ti, no por agradar a los demás.
