Los puestos que requieren de más trabajo en nuestras instituciones actualmente se debaten en un problema cada vez mayor que reside en las habilidades de diligencia de las personas que colocamos a cargo de las instituciones.
Entonces podemos ver que existe una diferencia radical entre ser un jefe o un líder, uno de ellos apoya al equipo de trabajo, mientras que el otro, simplemente se olvida de los problemas que tienen los otros y queda encerrado dentro de su área, sin permitir el desarrollo de las personas, ni tampoco velar por el bienestar de sus trabajadores en cada momento.
Características de cada uno
Un líder, conoce los nombres de los miembros de su equipo de trabajo y apoya a cada uno en forma personal a realizar algunas de sus metas laborales, esto no quiere decir que sea su amigo, sino que más bien es un apoyo firme para sentar las bases de su crecimiento.
De igual manera un líder enseña con el ejemplo, no solo da órdenes las cuales el rompe primero, se preocupa por cada miembro del equipo, pero sabe que un momento dado puede dejar de requerir los servicios de alguno de ellos.
Por otro lado el jefe es una figura más bien tiránica, la cual nadie respeta, nadie quiere. Este sentimiento de rechazo provocará problemas en el equipo de trabajo, estrés y resultados de calidad bastante deficientes desde cualquier punto de vista.
Este tipo de dirigente se basa en el viejo régimen de trabajo, en el cual las personas importaban mucho menos, y solo eran importantes en medida que pudieran sacar adelante los proyectos de la empresa para la cual laboran.
Así tenemos que a largo plazo la figura del jefe dentro de cualquier organización, simplemente caerá lentamente, dejando los proyectos abandonados, o bien con actos de sabotaje por parte de los trabajadores que se encuentran bajo su mando.
