Si en tu mente habitan y predominan los pensamientos negativos, de desconfianza, miedo, temor, estrés y pesimismo; lo más probable es que la propia mente transforme tu vida en un sin sentido, donde sólo conviven el sufrimiento, la tristeza y la amargura.
¿Qué podemos hacer para evitar esto? Como se diría en términos informáticos o tecnológicos, hay que cambiar el chip o formatear el disco duro. Si extrapolamos estas expresiones al mundo de las personas, al ámbito de la mente y al cerebro humano; tenemos que alimentar y programar nuestra mente de forma que en ella dominen los pensamientos de optimismo, de confianza, y llenos de aliento. Las ideas positivas, de gozo y alegría, provocan que afrontemos la vida desde la perspectiva de la ilusión y la esperanza.
El poder de la mente humana, puede que sea una de las mayores armas que poseen las personas, me atrevería casi a afirmar que es la herramienta más poderosa que pisa la faz de la tierra; pero también es un arma de doble filo, de ella pueden salir en una fracción de segundo tanto lo mejor como lo peor.
Hay que saber darle la utilidad adecuada; en momentos de dificultades y problemas, que nos bloquean, es bueno que utilicemos pensamientos alternativos, es decir, buscar recursos y opciones que nos hagan retroceder a nuestras propias experiencias positivas y éxitos anteriores, que nos ayudarán a afrontar las adversidades con la confianza en nosotros mismos y en nuestras capacidades positivas. De lo que alimentes tu mente, vivirás tu vida.