Lo que en esta entrada vamos a contar en una historia basada en hechos reales, y en este caso es alguien bastante cercano mio al que detallaré como ejemplo.
Este amigo es un gran apasionado de los deportes, una de esas personas que les encanta salir a correr para despejarse, ejercitar el cuerpo y estar siempre en forma. Tanto es que su meta siempre ha sido dedicarse a ello, ser jugador profesional de fútbol o baloncesto o cualquier cosa que fuera que estuviera relacionado con el deporte extremo.
Pues bien, este amigo mio tubo una pequeña lesión, no por un golpe ni nada por el estilo, simplemente del esfuerzo sus rodillas se vieron resentidas y actualmente puede seguir moviéndose hacer ejercicio pero en mucha menor cantidad. Ha bajado mucho su rendimiento en los deportes y por supuesto su sueño de dedicarse de forma profesional a esto ha sido arruinado.
Cuando me contó todo no sabia que decirle, lo máximo que pude llegar a recomendarle es lo que quiero hacer ahora aquí, para todos esos lesionados que buscan una motivación para seguir adelante y que han tenido que dejar de lado sus sueños.
Y es que se piense en el deporte como aquello por lo que se empezó, la primera vez que se hizo una carrera, o se jugo un partido de fútbol, antes de llegar a pensar ni por asomo en lo que se quería ser de mayor. En ese entonces el deporte se hacia por diversión y porque nos gustaba hacerlo. No por el dinero o la fama.
Para todos aquellos que su cuerpo les ha limitado el no poder llegar a lo mas alto, tengo que decirles que lo mas alto se encuentro donde nosotros queramos ponerlo, y que sigamos disfrutando de los pequeños partidos, las tarde con los amigos en un descampado o simplemente ir a correr al parque sin pensar en lo que pudo haber sido.
Si no que pensemos en lo que actualmente es, y es algo que nos hace sentir bien.